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EN BREVE - No hay sardinas ni boquerones en el litoral tarraconense
ESPAÑA
Tuesday, October 01, 2019
Desesperados. Así se sienten los pescadores de cerco de Tarragona. No hay sardina ni boquerón en el mar y, el poco que hay, huye despavorido de los atunes. Hace tres semanas que las embarcaciones vuelven a puerto sin género. Y es casi incomprensible, ya que la temporada empezó mejor que nunca. El pasado mes de febrero, el Diari acudió a la llegada de las embarcaciones de Peix Blau. Se respiraba buen ambiente en la Confraria de Pescadors. Y es que, después de unos años muy duros, parecía que ésta sería una buena temporada. Nada más lejos de la realidad.
Los pescadores culpan de esta situación a los atunes. «Está todo infestado. Esta especie se alimenta de pescado azul. Lo tenemos comprobado: cuando hay atunes, hay menos sardinas y boquerones», explica Josep Miquel Budesca, patrón de la embarcación Ebenista.
La Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) y la Asociación Civil BASC PERÚ, suscribieron un convenio de cooperación interinstitucional para promover buenas prácticas en el comercio internacional de productos pesqueros.
Según el documento suscrito, ambas instituciones se comprometen a dar a conocer la importancia del Sistema de Gestión en Control y Seguridad BASC para la industria pesquera, así como difundir información especializada en temas de prevención de seguridad.
La delicada situación del stock de bacalao del Mar del Norte está dificultando el acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Noruega que se negocia cada año para el reparto de cuotas entre países de las principales especies de interés pesquero para las partes. La propuesta de partida la UE era una reducción significativa del TAC mientras que Noruega abogó por cierres espacio-temporales. Las partes no fueron capaces de alcanzar un punto común en Bergen el pasado jueves a pesar de que queda una semana para que se celebre el Consejo de Ministros de Pesca de la UE, que decidirá los TAC correspondientes a 2020.
“Noruega y la UE no están en línea con el acuerdo de pesca para 2020”, resume el Gobierno noruego en un comunicado. “Hemos establecido una buena base y estamos de acuerdo en la mayoría de las áreas del acuerdo, pero tenemos diferentes enfoques para la gestión del bacalao en el Mar del Norte”, señala el ministro de Pesca y Marisco, Harald T. Nesvik.
La acuacultura ha dependido durante mucho tiempo de la intuición y la experiencia de los productores en áreas como la alimentación o la predicción de enfermedades. Hoy, algunas compañías están aprovechando el poder de la inteligencia artificial (IA) para mejorar las operaciones.
En Japón, donde la población está envejeciendo y la fuerza laboral se está reduciendo, las operaciones de producción eficientes son cruciales. Umitron, un proveedor de tecnología acuícola en Japón y Singapur, ofrece plataformas de datos que utilizan IoT, teledetección satelital e IA. Una de sus soluciones recientes es UMITRON CELL (CELL), un alimentador inteligente de peces con capacidad de 400 kg de alimento e incluye un sistema de gestión de energía solar, computadora a bordo, sensores de peso, motor dispensador y una cámara para observar peces las 24 horas del día. El alimentador se controla de forma remota y los videos de peces se controlan con un teléfono inteligente o una computadora de escritorio.
“El desarrollo de CELL surgió de conversaciones con productores que lucharon por controlar todas sus jaulas y alimentar la cantidad correcta cada día,” dijo Andy Davison, gerente de producto de Umitron. “Por lo general, no tomaban fines de semana o días festivos ya que necesitaban visitar sus jaulas de peces todos los días para alimentar a los peces y controlar su condición.” CELL les permite administrar con precisión su alimentación y permanecer en tierra ocasionalmente mientras siguen monitoreando a sus peces.”
Considerada en sus inicios como una técnica diseñada para la captura limpia y precisa de atún y pez espada, la pesca con palangre se ha convertido en la peor pesadilla de los tiburones, sobre todo para las especies pelágicas, al grado de que varias de ellas se encuentran en peligro de extinción debido a la explotación industrial e indiscriminada.
De acuerdo con el artículo “Evaluación global del riesgo espacial de los tiburones bajo la huella de la pesca”, recientemente publicado en Nature, la excesiva presencia de barcos atuneros en mar abierto amenaza el hábitat de los tiburones pelágicos.
El artículo de la prestigiada revista es en realidad un meta análisis que recopila los movimientos de 23 especies de tiburones registrados vía satélite por científicos alrededor del mundo durante un par de décadas y los intercala con las trayectorias de las flotas pesqueras en altamar, gracias al rastreador satelital que ambos grupos poseen: el hallazgo es que los buques atuneros con palangres pescan preferentemente justo en las mismas zonas donde habitan estas especies de tiburón.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas y los representantes de las Comunidades Autónomas han celebrado una Conferencia Sectorial de Pesca en la que se ha aprobado una ayuda de EUR 200.000 para apoyar a la flota artesanal del Mar Menor, que se ha visto afectada por la depresión aislada en niveles altos (DANA) de principios de octubre y que generó la muerte masiva de peces.Planas ha explicado que, dado que la flota -buques de pequeño tamaño de pesca artesanal- tiene una alta dependencia económica del recurso de la zona, colaborará activamente con la Región de Murcia para intentar compensar las pérdidas de los pescadores del Mar Menor.
También se ha acordado el reglamento de organización y funcionamiento interno de la Conferencia Sectorial de Pesca para lograr una colaboración más estrecha entre las distintas Administraciones públicas.
El director general de Pesca, Francisco González, asegura que la intención del Principado y del organismo que dirige «nunca será tener parada a la flota». Lo hace en respuesta a las protestas de armadores asturianos por no haber obtenido contestación a su petición de modificar el descanso semanal obligatorio para poder trabajar durante el puente y haberse visto obligados a quedarse en puerto en vísperas de las fiestas.
Afirma que si no se concedió la autorización fue porque «nuestra norma exige que sea la generalidad de la flota la que solicite el cambio de descanso semanal». Considera, por tanto, que esta potestad recae únicamente en la Federación de Cofradías, si bien el documento no hace alusión específica a ésta sino que habla de «representantes de la flota pesquera». En las asociaciones profesionales de armadores, estima, «no está incluida ni representada la parte social».
González reitera la buena voluntad de Pesca, «que ya había concedido previamente dos autorizaciones a petición de la federación». De hecho, reconoce, «esperábamos una solicitud por parte de la Federación de Cofradías en representación de la generalidad de la flota para modificar el descanso del pasado fin de semana y estábamos dispuestos a concederla, pero solo cuatro de las dieciocho cofradías se manifestaron a favor y algunas, de hecho, lo hicieron en contra». Y replica a las acusaciones de «falta de gobernanza pesquera» que «si estuviéramos a criterio de las asociaciones con pequeña representatividad dentro del sector sí que no habría gobernanza».
Ni con la demanda individual presentada en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos los exmarineros gallegos cuelgan las pancartas. Long Hope, la asociación que agrupa al colectivo de jubilados que trabajaron a bordo de mercantes noruegos sin generar derecho a pensión, volvió hoy a concentrarse a las puertas del consulado del país nórdico en A Coruña para denunciar su caso, que no fue atendido por las instancias judiciales noruegas.
Ahora, con la denuncia presentada en Estrasburgo, esperan que sea admitida a trámite y que este tribunal verifique la «injusticia social grave» que la propia Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo vio en su día. Precisamente fue este organismo el que, en vista del trato degradante dispensado a los afectados, dio la sugerencia a Long Hope de acudir a esa vía si Noruega no se avenía a suscribir con España un convenio bilateral para reparar esa discriminación.
¡Se acabó! Más de 5 mil empleos directos e indirectos están en riesgo en Mazatlán. Todos relacionados con el sector pesquero. Particularmente en las capturas de camarón en altamar. Porque la temporada camaronera 2018-2019, que en condiciones normales tendría una duración de septiembre a marzo, ya ha llegado a su fin. Los focos rojos en la Unión de Armadores del Pacífico, que dirige José Omar Lizárraga, se han encendido. La “trilogía infernal” en el sector pesquero apareció.
El precio del diesel, baja producción y un mal precio en el mercado. Dirigentes del sector pesquero no solo de Sinaloa sino nacional lanzaron llamados en todos los tonos al Gobierno de López Obrador para que bajara los precios del diesel marino. La respuesta nunca llegó. El elevado precio del referido combustible disparó los costos de avituallamiento de cada embarcación camaronera. Aun con todo en contra, los pescadores de altamar asumieron los riesgos y se lanzaron a las capturas del camarón. Tenían la esperanza de que hubiera una buena producción. Tenían la esperanza de que el camarón que se capturara sería de buena talla y así aspirar a un buen precio. Pero no fue así. Conforme avanzaba el primer viaje de capturas, la desilusión crecía. Había poco camarón. Los negros pronósticos se cumplían. Ya habían adelantado que no había bastante producto.
Se trata de una realidad analizada en la Cumbre Mundial del Clima (COP25) en la que tienen voz desde armadores a pescadores, además de expertos, oceanógrafos y organizaciones ambientalistas.
El último informe de la FAO (del año 2018) indica que los océanos han absorbido el 93 % del calor adicional generado en la tierra desde la revolución industrial y que el nivel del mar, debido al proceso de deshielo glacial, ha subido unos 20 centímetros en el último siglo.
Estas cifras, según dicho estudio, pueden provocar que las capturas de pescado desciendan hasta un 12 % para 2050.
Son por tanto los pescadores los primeros interesados en afrontar la crisis climática, en una compleja situación en la que deben reducir sus propias emisiones mediante prácticas más sostenibles y pedir activamente al resto de sectores económicos, se desarrollen o no en el mar, que hagan lo mismo, porque terminan afectando al frágil ecosistema marino del que dependen para su subsistencia.
Otra vez una muerte para desnudar el nivel de precariedad y descontrol con el que se trabaja dentro de la jurisdicción portuaria en una zona certificada bajo el código PBIP de Mar del Plata.
Osvaldo Nicolás Monteros, 31 años, era electricista naval de la empresa Ingeleco SRL, dedicada a reparaciones electromecánicas para Solimeno. El viernes estaba trabajando sobre el Virgen María, amarrado a muelle en la sección 11 a metros del ingreso a las terminales 2 y 3 cuando por causas que se investigan cayó al agua.
Quien notó su ausencia fue uno de sus compañeros que lo estaba esperando para almorzar. A los pocos minutos descubrió su cuerpo flotando en el espejo interior y dio inmediato aviso a Prefectura. La ambulancia tardó media hora en llegar y el gomón de Prefectura no tenía plumín para levantarlo.